El dios deseo enfrentado a la
razón
destruye las columnas de un
palacio
rodeado de verdes esperanzas
floreadas.
El deseo menosprecia todo lo
que toca
es un tirano al que veneramos
como esclavos sumisos
sodomizados por mariposas de colores.
Queremos que nos reine
que nos humille
y brote sangre por los oidos
de los blasfemos.
Amamos la linea fronteriza
que los separa del infierno
a pesar de que se diluye
en el espacio,desaparece,
fundiéndose con él.
¡Juega conmigo!,
que quiero rendirme
ante tu poder
aunque pierda mi corazón
y mi espíritu.
¡Te la doy!,no la quiero
mientras te pueda sentir
dentro de mí
no quiero mi alma.
Amo el cuerpo
que se fusiona
con los átomos
de los que estás hecho.