10 febrero, 2008

Ridículo



Qué ridículo es el ruido

de unas castañuelas en la

oscuridad...




Sin que suenen las palmas

compañeras



del que quiere cantar, hasta morir

bailando...




Qué ridículo es el ruido


que contamina tus pasos,


cuando pasas por mi lado...




Y no encuentras una brisa,


de aire de mi carne,


infectada de ruido...




De ruido impenetrable

a tus oidos...