
Pedazo de carne,
envuelta en aroma
de espíritu huidizo.
Incorruptible
ante la voluptuosidad,
de una apariencia
marcada por la ira.
Pareces levitar
de desenfreno,
infantilmente despótico.
No me acerco a tí,
a pesar de intentar
con ansias,
desgarrar mi tímido
orgullo.
Pero,sigues oliendo
a carne quemada,
por el tiempo
de la distancia...