Donde habite el olvido,
allí donde tu sombra
pasea, por el callejón
perdido de agua y
hiedra.
Donde habite el
recuerdo, caminando
inerte por calles y
charcos, se suman las
imágenes de una vida
acumulada de posos de nostalgia.
Paseos repetidos de búsqueda y encuentro,
no siempre recogidos de luna y jazmín.
Las piernas volando por adoquines de azúcar y
la cabeza sobre las nubes del sueño.
También me he sentido extraño,
extranjero en tus callejuelas quejumbrosas,
untadas de moho y cal.
Luis, poeta sensible de angustia y tristeza,
golpeado por el desdén y el deseo.
La bella señora ,infiel y amorosa,
no quiere que la quieran cuando ella no quiere.
Es bella y caprichosa de amor y odio,
incomprensible siempre,
de olores y flores se disfraza
para arrastrarte al cieno de sus pechos.
Para hundirte en su sexo pasajero y
dejarte sin recuerdos, ni olvido.
Ingrata siempre, bella infinita.
No la entenderemos nunca
pero con ella moriremos.
allí donde tu sombra
pasea, por el callejón
perdido de agua y
hiedra.
Donde habite el
recuerdo, caminando
inerte por calles y
charcos, se suman las
imágenes de una vida
acumulada de posos de nostalgia.
Paseos repetidos de búsqueda y encuentro,
no siempre recogidos de luna y jazmín.
Las piernas volando por adoquines de azúcar y
la cabeza sobre las nubes del sueño.
También me he sentido extraño,
extranjero en tus callejuelas quejumbrosas,
untadas de moho y cal.
Luis, poeta sensible de angustia y tristeza,
golpeado por el desdén y el deseo.
La bella señora ,infiel y amorosa,
no quiere que la quieran cuando ella no quiere.
Es bella y caprichosa de amor y odio,
incomprensible siempre,
de olores y flores se disfraza
para arrastrarte al cieno de sus pechos.
Para hundirte en su sexo pasajero y
dejarte sin recuerdos, ni olvido.
Ingrata siempre, bella infinita.
No la entenderemos nunca
pero con ella moriremos.