Llegó un nueve de noviembre...
sin saberlo,sin que nadie
le pidiera permiso.
No sabía si quería estar aquí.
No sabía como había llegado,
ni como se iría...
A veces dejaba que la brisa
le acariciara la cara y...
que los pájaros le cantaran al oido.
Pero, no siempre le gustaba
y no sabía por qué.
Tantas preguntas se hacía...
¿Para qué tantas preguntas?...
No te preguntes si te quieren
porque si tú quieres
seguro que la respuesta será afirmativa.
No te preguntes si haces el bien
porque si lo haces
seguro que serás correspondido.
No te preguntes por qué estás aquí
porque si dejas que la brisa
te acaricie la cara
y los pájaros te canten al oido.
Sabrás por qué estás aquí...
Llegó un nueve de noviembre
y se fue...
Sin saber que siempre le recordaremos...