A veces, lo más triste o no ,es el paisaje
de una vida vivida en un instante
en el que se pierden las ganas de
seguir mirando los árboles
borrosos por la luz de un porvenir
sujeto a la cambiante velocidad
de la vida que nos ha tocado vivir.
A pesar nuestro,la vida se contrae
y expande con vida propia.
Nos engulle con los colores
y grises que usa para pintarnos.
Nos envuelve en la crisálida tejida
con la seda que regurgita.
A pesar nuestro, nos vive sin perder
un instante.
Nos vive ella y sobre todo ella.
Nosotros ,a veces, podemos
ser espectadores o actores,
según nos quiera colocar en el paisaje
la vida.
Y así , será el paisaje en el que
nos descubriremos.
Somos parte del paisaje.